Steppenwolfe
[Armanda y Harry bailan Fox-Trot, Harry siente que Armanda es solo una camarada]
-Lo se -dijo ella, cuando hablamos de esto-; lo se bien. Yo he de hacer, desde luego, que te enamores de mi, pero no hay prisa. Primero, somos camaradas, somos personajes que esperan llegar a ser amigos, porque nos hemos conocido mutuamente. Ahora queremos los dos aprender el uno del otro y jugar uno con otro. Yo te enseño mi pequeño teatro, te enseño a bailar y a ser un poquito alegre y tonto, y tu me enseñas tus ideas, y algo de tu ciencia.
-¡Ah, Armanda!, en eso no hay mucho que enseñar; tu sabes muchísimo mas que yo. ¡Que persona tan extraordinaria eres, muchacha! En todo me comprendes y te adelantas. ¿Soy yo, acaso, algo para ti? ¿No te resulto aburrido?
Ella miraba al suelo con vista nublada.
-Así no me gusta oírte. Piensa en la noche en que maltrecho y desesperado, saliendo de tu tormento y de tu soledad, te interpusiste en mi camino y te hiciste mi compañero. ¿Por que crees tu, pues, que pude entonces conocerte y comprenderte? Porque yo soy como tu. Porque estoy precisamente tan sola como tu y como tu no puedo amar ni tomar en serio a la vida ni a las personas ni a mi misma. Siempre hay alguna de esas personas que pide a la vida lo mas elevado y a quien no puede satisfacer la insulsez y rudeza del ambiente.
-¡Tu, tu! -exclame hondamente admirado-. Te comprendo, camarada; nadie te comprende como yo. Y, sin embargo, eres para mi un enigma. Tu te las arreglas con la vida jugando, tienes esa maravillosa consideración ante las cosas y los goces minúsculos, eres una artista de la vida. ¿Como puedes sufrir con el mundo? ¿Como puedes desesperar?
-No desespero, Harry. Pero sufrir por la vida, ¡ah, si!, en eso tengo experiencia. Tu te asombras de que yo no soy feliz porque se bailar y me arreglo tan perfectamente en la superficie de la vida. Y yo, amigo mio, me admiro de que tu estés tan desengañado del mundo, hallándote en tu elemento precisamente en las cosas mas bellas y profundas, en el espíritu, en el arte, en el pensamiento. Por eso nos hemos atraído mutuamente, por eso somos hermanos. Yo te enseñare a bailar y a jugar y a sonreír y a no estar contento, sin embargo. Y aprenderé de ti a pensar y a saber y a no estar satisfecha, a pesar de todo. ¿Sabes que los dos somos hijos del Diablo?
0 Comments:
Post a Comment
<< Home